Ausentismo alcanza el 30%, a lo que se suma el periodo de vacaciones.
La vacunación masiva contra el covid-19 llega en el momento preciso, mientras la capacidad de las clínicas privadas, que en la primera ola recibieron miles de pacientes derivados por Fonasa, hoy se ve fuertemente mermada por el desgaste del personal médico.
‘El Ministerio de Salud (Minsal) vino el martes a revisar cómo íbamos con el requerimiento de camas críticas que le hizo a las clínicas privadas. Nosotros tenemos 46 camas ya, es decir, ya cumplimos, pero cuando la encargada del Minsal nos preguntó si, hipotéticamente, podríamos aumentar más aún, le dijimos que era imposible’, comenta el jefe de Urgencias de la Clínica Alemana, el doctor Rodrigo Rosas.
La negativa del médico se fundamenta en el progresivo desgaste del personal médico que ha tenido que hacer frente a cerca más de 10 meses de crisis sanitaria en el país. El fenómeno se repite en casi todas las clínicas del sector oriente, donde el número de licencias médicas presentadas por el personal de salud se ha disparado, en cuadros como cansancio agudo y depresión.
Según la Asociación de Clínicas, un 25% del personal de salud está con licencia médica. En Clínica Indisa, por ejemplo, el número de licencias médicas aumentó de promedio de 2% a 3% en periodos normales, a entre un 25% y un 30%. Similar es la situación en la Clínica Alemana, donde el ausentismo se encuentra en 25%.
En la Clínica Universidad de los Andes, en tanto, calculan las licencias médicas como un 12% del personal total, gracias a un ‘intensivo y permanente plan de ayuda psicoemocional para enfrentar la pandemia, explica Lucía Vergara, subgerente de Gestión de Personas de la clínica, que durante 2020 se acogió a la Ley de Protección del Empleo.
Y a esto se suman dos factores: el periodo de vacaciones y la necesidad de atender el resto de las patologías no relacionadas con el covid-19.
Enero y febrero son meses donde una parte importante del personal de la salud, que ha trabajado sin parar todo el año, tomó o piensa tomar sus vacaciones. Por otro lado, y a diferencia de lo que sucedió durante la primera ola de covid-19 el año pasado, ahora el Minsal ha pedido a las clínicas que no dejen de atender otras patologías, explica el jefe de de la Unidad de Paciente Crítico de Indisa, el doctor Sebastián Ugarte.
‘Esta vez el ministerio pidió que se continúen atendiendo las patologías habituales, además del covid-19, lo que ocupa camas y personal. De aumentar los casos, tendríamos que asumir una situación de colapso, lo que significa suspender el tratamiento de otras patologías que no sean el virus, como sucedió en la primera ola. Pero eso, obviamente, puede tener un importante costo sanitario para el país’, explica el médico.
El problema de las camas
Las camas para pacientes con covid-19 requieren, además, un mayor número de personal, comenta Rosas. ‘Para camas normales, necesitas una enfermera por cada 8 pacientes. Pero para pacientes con complicaciones por el virus puedes llegar a necesitar una enfermera cada 2 camas. Y si un paciente cae en ECMO (Oxigenación por Membrana Extracorpórea), es una enfermera por habitación. Si el paciente también necesita diálisis, necesitarías dos enfermeras por cama’, explica el profesional de la Clínica Alemana.
De todas formas, prácticamente todas las clínicas del sector oriente de la capital han cumplido con los requerimientos de camas del Minsal, que pidió un 75% del máximo de camas críticas disponibles durante la primera ola. En el caso de las clínicas de Empresas Banmédica, entre ellas las clínicas Santa María y Dávila, alcanzaron ya ese porcentaje con 155 camas UCI. La Clínica Alemana ya habilitó 46 de esas camas, mientras que Indisa tiene 65.
De todos modos, se espera que el avance de la campaña de vacunación incida en una menor demanda de camas críticas.
Fuente / www.clinicasdechile.cl
Comments