El hecho de no tener un horario establecido, de vivir y trabajar en el mismo espacio físico y de no contar con las mismas alternativas para descansar que se tenían antes de la pandemia, son algunos de los factores que alteran la vida de los trabajadores según las voces expertas.
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Muchas personas están sufriendo estrés y ansiedad durante las cuarentenas impuestas para frenar la pandemia, acompañadas de síntomas físicos como insomnio, pérdida de apetito, vómito, mal genio, irritabilidad y cambios bruscos en el estado del ánimo.
Juanita Ramírez*, comunicadora social y psicóloga con cargo de asesora en una empresa pública es una de ellas. Ahora se demora en conciliar el sueño y, cuando lo logra, no descansa bien. Durante el pasado fin de semana no tuvo apetito y ha sentido náuseas varios días.
Sabe que todos sus síntomas se deben al estrés que le genera trabajar desde su casa en una labor para la cual, además, no estaba capacitada. Antes de la pandemia, sus actividades se desarrollaban con comunidades y rodeada de gente; ahora contesta en un computador, sentada en una silla todo el día, las quejas, reclamos y preguntas frecuentes de los clientes.
Además, su bandeja de correos nunca se desocupa por la cantidad de preguntas de los ciudadanos y ella siente que, por más que trabaje, todo sigue igual. Siente que hace lo mismo desde que aparece el sol hasta que anochece y que es como una tarea sin fin. “Mi marido ya está preocupado. Yo soy psicóloga y entiendo lo que me está pasando, tengo otra amiga psicóloga que vive en España con quien hablo de lo que me sucede y eso me ayuda”, explica.
María Ángela Ortiz* también trabaja en una entidad pública en la que, desde antes de la pandemia, ya existía la posibilidad de elegir el teletrabajo y ella nunca lo había aceptado porque prefiere estar con gente. Desde el momento en que le tocó trabajar en su casa, se molestó.
Ahora tiene otro inconveniente: debió aprender a manejar una herramienta tecnológica que antes no utilizaba y esto le ha generado mucho estrés, pues si se equivoca puede afectar un proceso complejo de la entidad y no tiene fácil acceso a alguien que le ayude.
Sin fronteras entre la oficina y la casa
La psiquiatra Ana Millán explica que, desde que empezó el teletrabaio, “se disparó el uso de ansiolíticos y de hipnóticos”, es decir, de los medicamentos que sirven para bajar la ansiedad y ayudar a dormir.
Esto ha sucedido por múltiples razones. En primer lugar, explica la doctora, porque pasar de trabajar en una oficina a estar todo el día en la casa fue abrupto e impuesto por un tema de salud pública. Las personas no lo eligieron libremente.
En segundo lugar, porque “se invadió el espacio de habitar con el espacio de trabajar”. Juanita, por ejemplo, ya no soporta entrar al lugar de su casa donde acomodó su puesto de trabajo y le aterra pensar que ahora ya no le gusta un espacio de su hogar porque lo tiene asociado a la ansiedad y estrés.
Otra causa que señala la psiquiatra Millán es que, al no haber el desplazamiento entre la casa y la oficia, se perdió el espacio mental de metabolizar y digerir los problemas del día a día.
Fuente; France24 https://www.france24.com/es/20200723-estres-ansiedad-impacto-teletrabajo-salud-mental-pandemia
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