El número de casos ha ido al alza en el país en la última década, muy ligado a la prevalencia de factores como la obesidad, el tabaquismo y la falta de actividad física.
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Un total de 6.219 nuevos casos de cáncer colorrectal fue diagnosticado en 2020 en ambos sexos en el país, según datos del Global Cancer Observatory (Globocan), de la Organización Mundial de la Salud. Una cifra superior a los cerca de 2.900 casos identificados una década antes.
‘Ha habido un aumento sostenido de casos en los últimos diez a quince años’, lamenta María Elena Molina, presidenta de la Sociedad Chilena de Coloproctología y cirujana coloproctóloga de la Red de Salud UC Christus. ‘Es importante que la gente tome conciencia de que es un cáncer prevenible’.
A propósito de que hoy es el Día Mundial contra el Cáncer de Colon, la sociedad que preside Molina quiere hacer un llamado a la población para que incorpore en sus consultas médicas el chequeo de esta patología que, si es diagnosticada a tiempo, se puede curar en más del 90% de los casos.
El llamado cobra particular relevancia en la actualidad, dice la experta, considerando que ‘la pandemia retrasó el acceso a diagnóstico y tratamiento’.
Incluso ya se estima que la mortalidad oncológica aumentará en los próximos años. En el caso del cáncer colorrectal, 3.150 personas fallecieron por esta causa en 2020.
‘Hoy este cáncer es el segundo en incidencia (después del de próstata) en el país’, agrega Macarena Larraín, gastroenteróloga de la Fundación Arturo López Pérez y del Hospital San Borja Arriarán. Además, luego de los tumores de pulmón y estómago, es el tercero que causa más muertes.
‘Este aumento se atribuye al envejecimiento de la población, pero también a una mayor prevalencia de factores de riesgo asociados, como el consumo de carne procesada y alcohol, el tabaquismo, la obesidad y el sedentarismo’, precisa Larraín.
De allí que adoptar hábitos saludables, como una dieta balanceada, con mayor aporte de fibra y actividad física, sea una forma de prevenir este cáncer, que solía aparecer pasados los 50 o 60 años, pero que cada vez se ve a edades mucho menores.
De hecho, esto ha llevado a que la recomendación sea que cualquier persona se realice un chequeo a partir de los 45 años (antes era a los 50). Puede ser con un test de sangre oculta en deposición; si da positivo, se hace una colonoscopía. O también puede ser directamente con una colonoscopía. ‘Si el resultado es normal, se repite a los diez años’, dice Molina.
En cambio, si aparecen pólipos (precursores de un potencial cáncer), estos se eliminan durante el examen (se toman biopsias de ser necesario) y, según su cantidad y tamaño, el examen se repite con una frecuencia de tres o cinco años, por ejemplo.
Aunque en Chile el cáncer colorrectal es parte del GES, el chequeo no forma parte de un programa de screening o tamizaje de la población. ‘En países desarrollados está incorporado y con eso se ha logrado disminuir la mortalidad’, dice Molina.
Lo ideal es realizar estos exámenes antes de que aparezcan síntomas —como sangrado en deposiciones, dolor abdominal, anemia, baja de peso—, que suelen asociarse a etapas más avanzadas, agrega Larraín. ‘Con el diagnóstico precoz, la sobrevida a cinco años es superior al 90%; en cambio, solo llega al 14% en casos avanzados’.
Asimismo, en personas con antecedentes familiares de este cáncer, los chequeos deben comenzar a los 40 años o 10 años antes de la edad a la que fue diagnosticado el familiar que tuvo la enfermedad.
Fuente / www.clinicasdechile.cl
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