Residuos de cebollas, olivas y manzanas, entre otros, son estudiados por un grupo de científicas chilenas que buscan componentes que podrían prevenir enfermedades como el Alzheimer.
En un planeta que se queda sin recursos, un grupo de destacadas científicas están dedicadas a la búsqueda de compuestos bioactivos en deshechos de la industria alimentaria, que puedan ser revalorizados y convertidos en nutracéuticos. La apuesta es conseguir que el hidroxitirosol y quercetina, que están presentes en residuos y subproductos provenientes de la producción de aceite de oliva y de la producción de manzanas, puedan ser revalorados y convertidos en nutracéuticos.
“Con ambos compuestos se han generado extractos enriquecidos, y se proyecta que estos posean alta bioactividad en los modelos de estudio enfocados en Alzheimer. Dada la actividad antioxidante, antiinflamatoria y neuroprotectora de los compuestos esperamos conseguir productos con igual o mayor valor”, asegura la Dra. Camila Calfío, directora de Proyectos en el Centro Internacional de Biomedicina (ICC) desde 2020.
“La causa fundamental del Alzheimer es la neuroinflamación, la cual promueve un proceso que conduce a la hiperfosforilación patológica de la proteína tau y por ende al desarrollo de esta patología”, acota la investigadora, quien tiene un doctorado en biotecnología. Y esa es, precisamente, la apuesta.
En Chile se generan alrededor de 1,7 millones de toneladas de residuos agroindustriales sólidos, y cerca de 7 millones de metros cúbicos de residuos líquidos. La mayor parte de estos subproductos agroindustriales se generan en la Región del Maule, concentrándose cerca de 100 mil toneladas/año de residuos sólidos y 1,6 millones de metros cúbicos/año de residuos líquidos.
Dado lo anterior, nace un vínculo entre el Centro de Estudios en Alimentos Procesados (CEAP) y el ICC, y surge la oportunidad de generar nutracéuticos con actividad sobre el Alzheimer, utilizando como materia prima residuos de la agroindustria regional. La idea se materializó a través de un proyecto FIC de la Región del Maule y se comenzó a ejecutar en enero de este año.
El objetivo es desarrollar un prototipo de nutracéutico microencapsulado que contenga extractos enriquecidos en hidroxitirosol (HT) y Quercetina (QT). El hidroxitirosol, presente generosamente en el alperujo del aceite de oliva, posee múltiples actividades biológicas destacándose la neuroprotectora. Por su parte, la pomasa de manzana contiene quercetina en alta concentración, que es un flavonol con actividad antioxidante, antiinflamatoria y neuroprotectora. Estudios in vivo han mostrado la efectividad de quercetina para reducir los ovilllos neurofibrilares, inhibir procesos neuro-inflamatorios y mejorar deterioro de memoria y aprendizaje asociado con el Alzheimer.
“Sabemos que algunos subproductos agroindustriales son una fuente inagotable de compuestos bioactivos, y desde esa lógica queremos aprovecharlos de modo de darles un valor, pero también de contribuir a la salud”, indicó la directora del proyecto Bárbara Arévalo, investigadora del CEAP. La experiencia de ambos centros en sus distintas áreas permitirá desarrollar una nueva fórmula con efectos neuroprotectores y capacidad antiagregante de la proteína tau, seguro biológicamente para su consumo y eficaz para la prevención del Alzheimer.
El CEAP se ocupa de la caracterización y obtención de extractos concentrados en quercetina e hidroxitirosol. Y luego el ICC evalúa la actividad biológica de los extractos en modelos celulares y el efecto sobre la proteína tau. “Ambos centros nos hemos unido para desarrollar nuevos productos que mitiguen o retrasen los procesos neurodegenerativos asociados con la enfermedad de Alzheimer, favoreciendo un ambiente neuroprotector en el cerebro”, concluye la Dra. Calfío.
Fuente / www.latercera.com
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