El vegetal contiene un gen que interviene en la elaboración de calcio y fósforo.
Comer lechugas podría ser más saludable que nunca. Un equipo de científicos de University of California-Davis, Estados Unidos, utilizaron una bacteria del suelo y la traspasaron a una lechuga. Usaron un gen que produce una variante de la versión humana de la hormona paratiroidea (PTH) que ayuda a los huesos. La idea es que los astronautas cultiven lechugas en el espacio y así evitar los problemas provocados por la osteoporosis. ¿Por qué? La fuerza de gravedad hace que las personas que están en el espacio tengan pérdida ósea (osteoporosis).
Los astronautas pierden el 1% de tejido óseo al mes. Para la expedición a Marte pronosticada para el año 2030, la misión es que permanezcan tres años en el planeta rojo, por lo tanto, tienen que preparar sus huesos para hacerle frente al poder gravitacional.
Lo que hicieron los científicos
El equipo de investigadores, liderados por el bioquímico Kevin Yates, utilizó una variante de la hormona paratiroidea, que es conocida por su eficacia para intervenir en la regulación del metabolismo del calcio y del fósforo en el organismo. Los científicos examinaron varios tipos de lechugas modificadas y concluyeron que producían de 10 a 12 miligramos de PTH por kilo. Con 380 gramos de lechuga al día, un astronauta podría obtener toda la paratiroidea necesaria para evitar los problemas a los huesos.
Los resultados del experimento están en una etapa inicial, sin embargo, Yetes y su equipo ya presentaron las primeras conclusiones de su trabajo este martes en la American Chemical Society en San Diego. Especialistas dicen que esto podría ser una buena noticia no solo para los astronautas, sino que también para las personas comunes y corrientes. ‘En principio, podría ser útil en términos de tratamiento de la osteoporosis’, dijo David Reid de la Universidad de Aberdeen, Reino Unido, a la revista ‘New Scientist’ sobre las bondades de la lechuga transgénica.
Alimentos genéticamente modificados
‘El desarrollo de alimentos para el tratamiento de enfermedades frecuentes en la población es algo que se ha realizado por mucho tiempo; ejemplo de ello es que las harinas en Chile son fortificadas con ácido fólico en busca de prevenir enfermedades en el feto durante el embarazo’, señala el ingeniero en alimentos Rafael Quiroga. ‘Los alimentos genéticamente modificados pueden ser una contribución importante al tratamiento de las enfermedades que enfrenta la sociedad actual, de forma cotidiana y menos invasiva como pudieran ser tratamientos farmacológicos’, sostiene.
Mejor que ingerir suplementos
La doctora Eliana Reyes, nutrióloga y directora de la Escuela de Nutrición de Universidad de los Andes, indica que no hay que mirar con malos ojos los alimentos que han sido intervenidos de manera genética.’Es un gran avance lo de la lechuga para que se pueda cultivar en en espacio. Esto demuestra que los alimentos modificados genéticamente o transgénicos no son necesariamente algo malo, porque acá están utilizados para mejorar la salud del ser humano. Como es lógico, no va a estar al alcance de las personas en el corto plazo. Primero serán los astronautas y luego el resto, de manera muy posterior. También para los astronautas es mucho mejor que coman una lechuga, un alimento saludable y no tengan que tomar o inyectarse suplementos que los ayuden con enfermedades que los afectan más que al resto, como la osteoporosis’
La fuerza de gravedad y los huesos
‘La gravedad afecta los huesos, ya que la disposición de la arquitectura de estos se define por la carga que se ejerce sobre ellos, y dicha carga la realiza la fuerza de gravedad’, explica la traumatóloga de Saludtech, Ximena Ahumada. ‘El ejercicio y la alimentación afectan a los huesos y se complementan’, dice consultada sobre qué tiene más impacto en los huesos, la alimentación o el ejercicio. ‘Asumiendo que se tenga una alimentación relativamente balanceada, recomiendo más el ejercicio, ya que este fortalece de manera directa la calidad del hueso, disminuyendo la osteoporosis y osteopenia’. ‘La alimentación ayuda a los huesos, puesto que para un adecuado metabolismo óseo se necesitan diversas vitaminas y minerales que recibimos de la dieta -y la exposición al sol-, como el calcio, el fósforo y la vitamina D’, concluye.
Las bondades de la lechuga
El vegetal, que es un clásico en las ensaladas, solo tiene ventajas para la nutricionista de Vidaintegra, Fernanda Larenas. ‘La lechuga tiene muchos veneficios para el organismo, como fibra y agua. Podemos consumir grandes cantidades de lechuga y siempre va a ser un aporte nutricional’.
Fuente / www.clinicasdechile.cl
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