Según los datos del estudio clínico, el medicamento redujo el riesgo de hospitalización o muerte en 8996.
De acuerdo a información dada a conocer por la CNBC, Pfizer detalló que entre los 607 participantes que recibieron el remedio dentro de los cinco días posteriores al inicio de los síntomas, hubo seis hospitalizaciones y ninguna muerte. En cambio, entre las 612 personas que recibieron el placebo, hubo 41 hospitalizaciones y 10 muertes.
Efecto potenciador
El infectólogo Ignacio Silva, académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago, dice que lo destacable de este nuevo fármaco es que “es un tratamiento oral y que actúa en las primeras fases de la enfermedad, lo que lo convierte en algo fácil de administrar y que no requiere que el paciente se hospitalice, como muchos de los fármacos que han tenido buenos resultados pero que son inyectables, endovenosos, lo que es una limitante”.
Silva aclara que el antiviral “está pensado para personas que han tenido una exposición reciente al virus, un contacto estrecho, o que experimentan los primeros síntomas de la enfermedad. No está pensado para cuadros graves ni pacientes que ya están hospitalizados o en ventilación mecánica”.
El infectóIogo, a demás, detalla el rol del ritonavir. “Es un fármaco que se utiliza ampliamente en el tratamiento del VIH, pero cuyo objetivo no es tener propiedades contra el virus sino que se usa para que el fármaco se concentre en el plasma en niveles que sean terapéuticos”.
-¿Cómo así, profesor?
-Permite que las cantidades del fármaco activo, en este caso el Paxlovid, sean lo suficientes como para tener su efecto terapéutico. Es lo que se llama un potenciador o un refuerzo farmacocinético, que se usan en los inhibidores de la proteasa, que son una familia de fármacos que se utilizan para distintas enfermedades, entre ellas el VIH. Entonces, para que los ínhibidores de la proteasa, como este fármaco para el VIH y el Paxlovid, logren niveles adecuados en la sangre para que cumplan su objetivo, necesitan este potenciador. No tiene un efecto farmacológico propiamente tal, sino que su objetivo es lograr las concentraciones adecuadas del fármaco en la sangre para que cumpla su objetivo terapéutico.
El académico, eso sí, repara en algunos puntos: “Hay que ver cómo se comporta el fármaco a largo plazo y a mayor escala y, por cierto, ver el precio que va a tener”.
Fuente www.latercera.com
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