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Por qué nos sale caspa y cómo prevenirla

Foto del escritor: OCEUP CanalOCEUP Canal

Algo así como la mitad de la población mundial adulta tiene este problema en sus cabezas, pero muy pocos conocen sus motivos de qué forma evitarla. Dos dermatólogos profundizan sobre su origen y las acciones para controlarla.

 


 

Hay pocas cosas más desagradables que verse la raíz del pelo con esos pequeños copos de nieve desparramados por el cuero cabelludo, como si hubiésemos pasado bajo una lluvia de cenizas, solo que sin salir de casa. Descubrir frente al espejo que todo el cabello está salpimentado por la caspa a cualquiera le baja la autoestima, pero es una afección más común de lo que parece. De hecho, una investigación en Estados Unidos asegura que este problema afecta a la mitad de la población mundial después de la pubertad. A pesar de eso, de la caspa no se habla mucho, más allá de las publicidades de champús que prometen controlarla o matar directamente al hongo que la produce.


¿Qué es la caspa?

Técnicamente, la caspa es una “descamación de la piel del cuero cabelludo”, define Rodrigo Loubies, dermatólogo y académico de la Facultad de Medicina de la U. de Santiago. “Como el cuero cabelludo es una piel muy gruesa, frente a cualquier proceso inflamatorio o de secreciones acumuladas se puede producir la caspa”, comenta.


“La caspa está compuesta por escamas de queratina, las que se desprenden desde la capa más superficial de la piel”, añade Felipe Mardones, dermatólogo de Clínica Universidad de los Andes. “Hay una constante renovación de esta capa, y cuando aparece la caspa es porque hay una alteración en este recambio”, apunta.



Entre las causas más frecuentes figuran “el estrés y el cambio de productos cosméticos o químicos de la cabeza”, detalla Loubies. Por ejemplo, probar un champú nuevo u otro producto estético puede generar este desequilibrio en el cuero cabelludo.


La caspa también está muy ligada a la “oleosidad y sensibilidad propia de la piel de cada persona”, advierte Mardones. Como en el cuero cabelludo hay una gran cantidad de glándulas sebáceas, aparece con más frecuencia ahí, pero también se puede presentar en “la cara, las orejas y el pecho”.


Antes de combatir, hay que averiguar

Los tratamientos para tratar la caspa y cuidar el cuero cabelludo no son iguales para todas las personas, sino que dependen de cada uno y sus circunstancias. “La mayoría de las veces, los procesos que originan la caspa se pueden manejar con facilidad”, dice Loubies. En ocasiones, solo hace falta cambiar de champú a uno anticaspa suave, pero en otras “la caspa debe su origen a otras condiciones o enfermedades”. Es el caso de la psoriasis, la sebopsoriasis y la dermatitis seborreica. Sobre esta última, Mardones destaca que “se asocia a la proliferación de una levadura —un hongo— que vive normalmente en la superficie de la piel”.


Pero uno de los factores más importantes es el estrés. Cuando secretamos demasiado cortisol, la hormona que se libera en los momentos tensos, complicados o exigentes, también “aumenta la producción de sebo y se estimula la producción de proteínas que inducen la inflamación”, explica Mardones. Por lo tanto, “una persona con caspa no suele presentar solo uno de los factores antes mencionados; muchas veces son varios los motivos, por lo que el manejo debe ser integral”.


Shab Reslan es un trícologo —especialidad que se enfoca en el cabello y el cuero cabelludo— de Estados Unidos, y en un artículo de Vogue explica que el estrés puede causar desequilibrios en esa zona. Cuando eso ocurre, es la excusa perfecta “para mostrarle a tu cuero cabelludo un poco más de amor semanal”.


“Cuando notas descamación en el cuero cabelludo, lo común es que sea el resultado de un lavado con champú inadecuado o poco frecuente. Eso provoca la acumulación de producto o de sebo en el cuero cabelludo”, dice Reslan. Su consejo es actuar rápido y así prevenir daños en el crecimiento del cabello en el futuro.


Otro factor del que no se suele hablar, y que puede incidir en la aparición de caspa, es el cambio de estación. Esto sucede en mayor medida durante los meses más fríos, cuando la sequedad es más prominente. “La combinación de calor seco en interiores con los climas fríos y duros en exterior, pueden provocar un ajuste temporal en el cuero cabelludo y crear la descamación seca. Eso se mantiene hasta que el cuerpo se equilibre y se adapte al nuevo clima”, acuña Reslan.


Bañarse con agua muy caliente tampoco ayuda, ya que termina secando la piel de la cabeza, haciendo que se vuelva muy escamosa. El agua tibia es la más recomendada, ya que no genera efectos indeseados y además remueve mejor que el agua fría los champús y productos para el cabello.


Hay pocas cosas más desagradables que verse la raíz del pelo con esos pequeños copos de nieve desparramados por el cuero cabelludo, como si hubiésemos pasado bajo una lluvia de cenizas, solo que sin salir de casa. Descubrir frente al espejo que todo el cabello está salpimentado por la caspa a cualquiera le baja la autoestima, pero es una afección más común de lo que parece. De hecho, una investigación en Estados Unidos asegura que este problema afecta a la mitad de la población mundial después de la pubertad. A pesar de eso, de la caspa no se habla mucho, más allá de las publicidades de champús que prometen controlarla o matar directamente al hongo que la produce.


¿Qué es la caspa?

Técnicamente, la caspa es una “descamación de la piel del cuero cabelludo”, define Rodrigo Loubies, dermatólogo y académico de la Facultad de Medicina de la U. de Santiago. “Como el cuero cabelludo es una piel muy gruesa, frente a cualquier proceso inflamatorio o de secreciones acumuladas se puede producir la caspa”, comenta.


“La caspa está compuesta por escamas de queratina, las que se desprenden desde la capa más superficial de la piel”, añade Felipe Mardones, dermatólogo de Clínica Universidad de los Andes. “Hay una constante renovación de esta capa, y cuando aparece la caspa es porque hay una alteración en este recambio”, apunta.


Entre las causas más frecuentes figuran “el estrés y el cambio de productos cosméticos o químicos de la cabeza”, detalla Loubies. Por ejemplo, probar un champú nuevo u otro producto estético puede generar este desequilibrio en el cuero cabelludo.


La caspa también está muy ligada a la “oleosidad y sensibilidad propia de la piel de cada persona”, advierte Mardones. Como en el cuero cabelludo hay una gran cantidad de glándulas sebáceas, aparece con más frecuencia ahí, pero también se puede presentar en “la cara, las orejas y el pecho”.


Antes de combatir, hay que averiguar

Los tratamientos para tratar la caspa y cuidar el cuero cabelludo no son iguales para todas las personas, sino que dependen de cada uno y sus circunstancias. “La mayoría de las veces, los procesos que originan la caspa se pueden manejar con facilidad”, dice Loubies. En ocasiones, solo hace falta cambiar de champú a uno anticaspa suave, pero en otras “la caspa debe su origen a otras condiciones o enfermedades”. Es el caso de la psoriasis, la sebopsoriasis y la dermatitis seborreica. Sobre esta última, Mardones destaca que “se asocia a la proliferación de una levadura —un hongo— que vive normalmente en la superficie de la piel”.


Pero uno de los factores más importantes es el estrés. Cuando secretamos demasiado cortisol, la hormona que se libera en los momentos tensos, complicados o exigentes, también “aumenta la producción de sebo y se estimula la producción de proteínas que inducen la inflamación”, explica Mardones. Por lo tanto, “una persona con caspa no suele presentar solo uno de los factores antes mencionados; muchas veces son varios los motivos, por lo que el manejo debe ser integral”.


Shab Reslan es un trícologo —especialidad que se enfoca en el cabello y el cuero cabelludo— de Estados Unidos, y en un artículo de Vogue explica que el estrés puede causar desequilibrios en esa zona. Cuando eso ocurre, es la excusa perfecta “para mostrarle a tu cuero cabelludo un poco más de amor semanal”.


“Cuando notas descamación en el cuero cabelludo, lo común es que sea el resultado de un lavado con champú inadecuado o poco frecuente. Eso provoca la acumulación de producto o de sebo en el cuero cabelludo”, dice Reslan. Su consejo es actuar rápido y así prevenir daños en el crecimiento del cabello en el futuro.


Otro factor del que no se suele hablar, y que puede incidir en la aparición de caspa, es el cambio de estación. Esto sucede en mayor medida durante los meses más fríos, cuando la sequedad es más prominente. “La combinación de calor seco en interiores con los climas fríos y duros en exterior, pueden provocar un ajuste temporal en el cuero cabelludo y crear la descamación seca. Eso se mantiene hasta que el cuerpo se equilibre y se adapte al nuevo clima”, acuña Reslan.


Bañarse con agua muy caliente tampoco ayuda, ya que termina secando la piel de la cabeza, haciendo que se vuelva muy escamosa. El agua tibia es la más recomendada, ya que no genera efectos indeseados y además remueve mejor que el agua fría los champús y productos para el cabello.

 
 
 
 

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