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TABACO Y ALCOHOL SON LOS MAYORES DETONANTES NO HEREDITARIOS DEL CÁNCER DE CABEZA Y CUELLO

Entre el 8% y el 10% de los cánceres diagnosticados en Chile son de este tipo, afectando mayoritariamente a hombres entre 40 y 65 años. Además, se ha visto un aumento de los casos en mujeres durante los últimos años y en pacientes cada vez más jóvenes, relacionados a virus papiloma humano (VPH)

 


 

Actualmente en Chile, el cáncer es la primera causa de muerte. Esta enfermedad cuenta con una amplia gama de categorías, entre las que se encuentran las que afectan a cabeza y cuello.


Este 27 de julio se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer de Cabeza y Cuello, que afecta principalmente las cavidades paranasales y orales (labios y lengua), además de laringe, hipofaringe y orofaringe (amígdalas, paladar blando y base de la lengua), entre otro.


Además, ha aumentado de manera progresiva su incidencia en el último tiempo. Es el sexto cáncer más frecuente en el ser humano en el mundo y se estima que hay 900.000 nuevos casos y medio millón de muertes al año.


En Chile, no hay estadísticas claras, pero se estima que hay entre 300 y 400 casos nuevos al año.


Factores de riesgo

Los cánceres de cabeza y cuello, al igual que otros tipos de tumores, pueden tener su origen en dos tipos de factores de riesgo: los hereditarios y los ambientales. Según Suraj Samtani, oncólogo de Clínica Las Condes, los dos factores de riesgo ambientales más repetidos en este tipo de casos son el consumo de alcohol y el tabaco.


El especialista afirma en ese sentido que “por sí solos, estos tipos de cáncer no son tan frecuentes, pero si los agrupamos todos como cáncer de cabeza y cuello, tienen una prevalencia de un 8% a un 10% a nivel nacional”.


Por otro lado, el grupo de la población más afectado por tumores de este tipo son los hombres entre 40 y 65 años, aunque el profesional detalló que se ha visto un aumento de casos en mujeres en los últimos años.


En los últimos 20 años ha crecido en cuanto a prevalencia en pacientes de edades cada vez más jóvenes en Chile, especialmente el de orofaringe, a raíz del virus del papiloma humano (VPH).


Así lo indica Alejandra Gallego, coordinadora Nacional de Cirugía de Cabeza y Cuello del Instituto del Cáncer RedSalud: “El cáncer de cabeza y cuello es una patología que afecta frecuentemente a personas mayores de 60 años, más en hombres que en mujeres. Pese a ello, en la actualidad hemos presenciado un aumento importante de casos en pacientes entre 40 y 50 años e incluso más jóvenes que antes no veíamos”.


La especialista precisa que están asociados al VPH, “el mismo virus que puede causar cáncer de cuello uterino y que se transmite principalmente a través de contacto sexual”.


Prevención ante VPH

La Dra. Gallego destaca la importancia de mantener controles dentales y ginecológicos, además de la vacunación contra el virus papiloma humano. “Los pacientes, sobre todo aquellos con factores de riesgo, deben acudir anualmente a evaluación dental para pesquisar lesiones iniciales y también mantener al día sus controles ginecológicos”, sostiene.


También recalca que “es importante que se informen sobre la vacuna aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos hasta los 45 años, ya que esta disminuiría la prevalencia de infección oral por VPH en un 85 a 95%”.


“Junto a lo anterior, es importante utilizar preservativo de forma continua y correcta durante las relaciones sexuales. Esto, pese a que no elimina por completo la posibilidad de contagio, puede ayudar a disminuir las posibilidades de que transmita o contraiga este virus u otras infecciones”, agrega.


Por otra parte, la especialista señala que, en general, los carcinomas escamosos asociados a VPH tienen mejor pronóstico, ya que tienen una mejor respuesta a los tratamientos que existen, teniendo más probabilidad de curación.


Síntomas y signos de alerta

Entre los síntomas de esta patología, la especialista destaca ronquera o disfonía persistente; masas en el cuello; la presencia de una masa o úlcera en la boca o garganta; dolor o dificultad al tragar; sangrado persistente de nariz, boca o garganta; lesiones o manchas de la piel del cuello que sangran, crecen o no cicatrizan, entre otros.


Este tipo de cáncer, cuando es detectado en etapas precoces, tiene una sobrevida mayor al 80%, por lo que la detección precoz es de vital importancia. “Con cánceres localmente avanzados la sobrevida puede disminuir 50% al momento del diagnóstico. Por esto, es importante evitar los factores de riesgo como el tabaco, alcohol y actualmente, el VPH”, sostiene Juan Pablo Miranda, coordinador nacional de Oncología Médica de Cabeza y Cuello del Instituto del Cáncer RedSalud.


A su vez, las personas también tienen un rol clave en la detección a través del autoexamen. “Los pacientes pueden situarse frente a un espejo y tocar el cuello buscando masas o tumores; revisar los labios, la cara interna de las mejillas y las encías y luego la lengua, paladar, amígdalas y garganta usando una linterna que los ilumine. No deben olvidar la piel de cara, cuello, y cuero cabelludo”, agrega el oncólogo médico.


Los tratamientos para este tipo de cáncer varía según la persona, la edad, salud general, además de la ubicación del tumor y el estado del cáncer, y puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia dirigida, inmunoterapia o una combinación de estos.


Dentro de los signos de alerta que pueden dar luces de que un paciente podría estar sufriendo un cáncer de cabeza y cuello, el experto enumera los siguientes:


Una úlcera que no desaparece en 2 o 3 semanas. Lesiones blanquecinas recurrentes. Aumento de volumen. Dolor permanente o persistente en la zona. Disfonía. En menor medida, y siempre acompañado de alguno de los síntomas anteriores, se puede presentar fiebre, baja de peso y disminución del apetitito.


Para poder ser diagnosticado, este tipo de cáncer requiere de 2 fases de análisis. En primer lugar, la imagenología, que permite saber la ubicación y extensión del tumor, para posteriormente realizar una biopsia al paciente, con el objetivo de conseguir un diagnóstico histológico, otorgando además variables moleculares que permiten trabajar en un tratamiento personalizado.


Respecto a este último punto en particular, el Dr. Suraj Samtani detalla que “para obtener mejores resultados, se puede trabajar en un tratamiento personalizado para cada paciente. Estos tratamientos deben ser discutidos por un panel multidisciplinario donde participan diversas áreas médicas, de psico-oncología, de enfermería, etc”.


Como cualquier tipo de tumor, el diagnóstico temprano ayuda a tener una mayor tasa de éxito al tratamiento que se realice, el que puede ser a través de cirugía, quimioterapia, radioterapia o inmunoterapia, este último dando “grandes resultados de sobrevida y calidad de vida posterior”, indica el especialista de CLC.

 
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