El termómetro es un indispensable del botiquín, pero su variable infrarroja, con forma de pistola, está siendo una de las más usadas en la fiscalización de personas en lugares masivos. ¿Será necesario tenerlo en casa? Tres expertos dan su veredicto.

Desde hace meses que estamos siendo pistoleados por termómetros. Calles, caminos, centros comerciales, supermercados y aeropuertos son algunos de los espacios donde probablemente has sido controlado por algún funcionario de salud, guardia o fiscalizador, apuntando directo a tu cuerpo.
Al principio, muchos se ponían nerviosos, sobre todo cuando la pistola-termómetro no podía calcular la temperatura, y por lo tanto apuntaban en otra parte, como el cuello o la muñeca. Hoy, ese disparo es una más de las medidas rutinarias en este nuevo escenario de “normalidad”.
Pero así como nos miden la temperatura antes de entrar en casi cualquier lugar público, ¿será necesario que nosotros hagamos lo mismo con quienes nos visitan? ¿Es indispensable tener un termómetro en casa? Tres expertos del área de la salud responden.
Tipos de termómetros
Lo primero que hay que saber es que existen distintos tipos de termómetros.
Termómetro de mercurio
Este es el que la mayoría tiene en su botiquín. “Su exactitud y precisión se caracterizan por ser superiores a los demás”, comenta la enfermera Carolina Calderón, de la Clínica Alemana. Su punto débil es que puede romperse con facilidad, “y como el mercurio se evapora, puede ser un riesgo para el organismo”, dice la profesional.
Este termómetro debe desinfectarse después de cada uso, y la temperatura del aparato hay que bajarla manualmente. Otra de sus características, no muy cómoda para todos, es que “el resultado de toma es poco visible”, agrega Calderón, y puede demorarse entre 4 a 5 minutos en hacerse notar.
Ignacio Silva, infectólogo y académico de la dirección de postgrados de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago añade que, si bien son “precisos”, ya no resultan “tan recomendables por el riesgo de intoxicación”.
Termómetro digital
Este es una especie de upgrade del termómetro de mercurio tradicional, ya que su primo digital funciona a través de “un detector metálico que tiene en la punta, que se calienta al contacto con la piel del cuerpo, dándonos la lectura al cabo de unos minutos en una pantalla digital”, especifica Carolina Calderón.
En cuanto a su efectividad, este modelo puede ocasionalmente fallar, “pudiendo variar hasta en dos grados con la temperatura real del cuerpo”, detalla la enfermera. Este pequeño aparato también se debe desinfectar antes y después de utilizarlo, y si bien tienen este margen de error, son considerados como “fiables y baratos”.
“Este termómetro es de contacto, y funciona de la misma manera que uno de mercurio: se puede colocar debajo de la axila, dentro de la cavidad oral o rectal”, puntualiza Ignacio Silva.
Termómetro digital sin contacto (o infrarrojo)
Este es el tipo de termómetro con el que nos estamos encontrando en diversos lugares públicos. Son aparatos que “miden la temperatura a través de la energía infrarroja”, explica Carolina Calderón.
“Tienen una precisión de +/- 0.2”, añade la enfermera, y su distancia de medición varía entre los 5 a 10 centímetros.
¿Cómo pueden medir la temperatura sin tocar? Esta magia, que en realidad es ciencia, se debe a un lente que se ubica a centímetros de la frente. “La explicación está en que el cuerpo humano, tal como los objetos, desprenden rayos infrarrojos con varias longitudes de onda dependiendo del calor, y el lente del termómetro convierte estas radiaciones en señales eléctricas que luego, bajo un complejo mecanismo, son interpretadas y convertidas en señal digital para saber la temperatura del cuerpo”, detalla Calderón.
Este tipo de dispositivo “tiene la ventaja de que, al no tener contacto físico, evita que se contamine el termómetro”, dice Ignacio Silva. Su principal desventaja es “que son menos precisos”, factor que según el infectólogo tendría “relación con el precio”.
Fuente / www.latercera.com
Comments