Para las personas con Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA), las celebraciones suponen un periodo de estrés y angustia. Experta recomienda cómo enfrentar este periodo.
Asados, empanadas, terremotos, postres y mucha comida típica: eso significa la llegada del 18 de septiembre para muchos chilenos. Hablar de celebraciones puede relacionarse en la mayoría de los casos con alimentos en exceso, por lo que las Fiestas Patrias suelen ser un tiempo de encuentros con amigos y familiares, que gira en torno a la comida.
Aunque la mayoría de los chilenos disfrutan estas fechas sin ningún arrepentimiento, para las personas con algún Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) pueden ser especialmente complicadas. Anorexia, bulimia, atracones, entre otros, son algunos de esos trastornos psicológicos graves que conllevan alteraciones de la conducta alimentaria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha ubicado a los TCA entre las enfermedades mentales de prioridad en los menores, debido al riesgo que implican en la salud de estas personas. En septiembre no solo pasa que existe abundancia en comida, sino también una presión social por comer en familia o con amigos.
Este contexto podría suponer una difícil prueba para alguien con TCA. Más aún, cuando hay diversos estudios que aseguran que la población con trastornos alimentarios aumentó un 30% debido a la pandemia por Covid-19.
La Dra. Melina Vogel, psiquiatra experta en trastornos alimentarios de UC CHRISTUS, explica que, para estas celebraciones costumbristas, “la clave está en disfrutar lo que se come y volver a vivir la alimentación como una fantástica manera de compartir con las personas que queremos, gozando el placer de comer”.
Presión social
Los TCA también pueden incluir distorsión de la imagen corporal. Así, quien padece el trastorno suele tener una preocupación en exceso por cómo las demás personas lo perciben. La Dra. Vogel señala que, “las personas con trastornos alimentarios son particularmente sensibles a comentarios respecto al cuerpo o la cantidad de alimentos que se consumen y debiésemos evitar frente a ellas o ellos este tipo de conversaciones”.
La experta explica que es complicado saber quién tiene un trastorno alimentario con solo mirarlo, o por la forma de su cuerpo. Por ello, la psiquiatra hace especial énfasis en la necesidad que tiene la sociedad en avanzar hacia una cultura donde los temas sobre el peso o el físico en general, no sean parte de una conversación habitual, especialmente si hay niños o adolescentes presentes.
Superar la culpa
El núcleo familiar de una persona que padece de TCA es muy importante. Este círculo cercano debe aceptar y comprender que es normal que en fechas de celebración, con exceso de comida, es probable que la ansiedad, el miedo y la culpa puedan aparecer.
La psiquiatra detalla que esto pasa, ya que a la sociedad se le ha impuesto una cultura muy perjudicial de la dieta, que opaca los sentidos más primordiales que tiene la alimentación, que son, por una parte, sostener la vida, pero también obtener placer de la alimentación y sociabilizar a través de ella.
“Cuando vivimos a dieta, hay un riesgo importante de pasarse de la raya en momentos como las Fiestas Patrias, en que está permitido descontrolarse tanto con la comida como con el alcohol. Creo que es mejor no vivir restringiéndose permanentemente y considerar el placer de la comida como parte de una vida normal”, dijo la experta de UC CHRISTUS.
También destacó la importancia de mantener hábitos saludables, no solo después de Fiestas Patrias. Sus recomendaciones apuntan a: “Comer de todo, ojalá en compañía, sin celular o televisión, para poder poner toda nuestra atención en ese ritual hermoso que es alimentarse, incorporar la actividad física como parte del cuidado de nuestra mente y cuerpo”.
“En suma, disfrutemos el momento y dejemos de una vez la tóxica cultura de la dieta. Así es menos probable descontrolarse y la culpa ya no tendrá lugar. Lentamente, han avanzado los movimientos sociales que intentan concientizar de los riesgos psicológicos y físicos que tiene, sobre todo en adolescentes, esta cultura de y del vivir intentando ajustarnos a un ideal estético impuesto desde fuera”, concluyó la experta en trastornos alimentarios.
Fuente / www.emol.com
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